Una nueva historia

Quiero comenzar agradeciendo a Dios por esta nueva etapa y el maravilloso cambio de historia que le ha puesto a mi vida.

Antes de pertenecer al Club de Conquistadores AD -Venir y entregar mi vida a Cristo todo era un caos, un desorden, no sabía cuál era el verdadero sentido de la vida. Sin embargo, yo creía que estaba en lo correcto, pero era un error hasta que el amor de Dios me encontró, me salvó y le dio un nuevo sentido a mi vida, llenando mi ser y curando las heridas que había en mi corazón.

Ser parte del club influyó mucho en el proceso de transformación que tuve y que tengo hasta el día de hoy. Todo empezó el año 2022 con una invitación al club y mi respuesta fue sin duda aceptarla. En ese momento nunca pensé en encontrarme con muchas personas que hasta este punto los considero como mi familia en Cristo.

Mis domingos fueron cambiando con las reuniones del club, las distintas actividades, la diversión y las risas. Definitivamente son cosas que alegran el corazón debido a que se crea un entorno sano que te ayuda a mejorar como ser humano.

Cuando Jesús toma el control y es el capitán de tu vida hace que todos los tiempos sean agradables y perfectos. En cierto modo, yo deseaba que todo fuera especial, así fue cuando recibí mi pañoleta de manera oficial tal como siempre lo imaginaba. En ese instante yo sentí un compromiso con Dios y mi club, entendí que la gracia de Dios me había traído una vez más a un momento inimaginable. Entendí que servir a Dios es el mayor privilegio que uno puede llegar a experimentar. Jamás se me ha pasado por la cabeza en cambiar el rumbo de mi vida y en el proceso Dios es quien obró y me ha llevado a aprender que la disposición del corazón la da Él. Es por eso que estoy segura que fue la mejor decisión que pude tomar.

Debo confesar que antes de la ceremonia no fueron tiempos agradables por las que pasé. Había mucha aflicción en mi corazón, pero, a pesar de todo comprendí finalmente que todas las cosas nos ayudan para bien. Quizás no logremos entender que es necesario pasar por momentos malos. Es por eso que me propuse el día de la imposición de la pañoleta; ser barro en las manos de Dios, hasta que me forme como instrumento de su agrado, entender lo que implica ser un “conquistador” peleando la buena batalla de la fe, para conquistar aquello que Dios tiene preparado para cada uno y que en el proceso de su venida esperemos con firmeza.

Quiero agradecer a Dayra Limachi, quien me invito a ser parte del club, a todos mis amigos los cuales me apoyaron con palabras de ánimo cuando más lo necesitaba y al director de conquistadores Pablo Quiroz, quien me dio la confianza y la oportunidad de poder ser instructora en este nuevo año. Deseo y estoy segura que Dios tiene planes maravillosos para nuestro club y para cada uno, es cierto, no sabemos que es lo que tiene preparado y sin duda este año será uno de los mejore si colocamos nuestra vida en las manos del creador para que escriba una nueva historia.

Escrito por Clara López

Instructora